ALTURA
El timbre es la cualidad que otorga identidad al sonido. Nos permite distinguir, por ejemplo, entre dos sonidos que tienen la misma altura (frecuencia) y la misma intensidad (volumen), pero son producidos por instrumentos diferentes.
El timbre resulta de una síntesis compleja de todas las características mencionadas anteriormente. Además, posee diversas dimensiones. Percibimos el timbre como: identidad (el timbre de la voz humana, la flauta, o la guitarra); color (una voz metálica, nasal u opaca) ; envolvente (un sonido con mayor ataque o uno más suave); pero también somos capaces de identificar sonidos más ruidosos o más armónicos.
De esta forma, el timbre no solo nos permite identificar la fuente del sonido (como un violín o un pájaro), sino también sus diferentes características: el "color" del sonido (por ejemplo, un violín brillante o más opaco), su ataque (como el sonido de la cuerda al ser frotada con un arco o al ser pellizcada), e incluso podemos distinguir entre un sonido ruidoso (como el golpe de un violín) y uno armónico (el sonido producido al frotar la cuerda).
El timbre, por tanto, es una cualidad compleja que abarca dimensiones como identidad, color, definición tonal y envolvente. Estas características están determinadas por una síntesis de componentes como frecuencia, amplitud y tiempo.
Podemos estructurar todas esas características en dos dimensiones fundamentales del timbre:
El espectro de armónicos (o formantes), que se refiere a la composición de los componentes armónicos del sonido.
La envolvente dinámica, que describe cómo se estructura la energía de esos componentes en el tiempo.
En conjunto, estas características hacen del timbre una síntesis compleja de todos los parámetros mencionados anteriormente, como la intensidad, la altura y el tiempo. Lo exploraremos con más detalle más adelante.
Finalmente, el oído humano también es capaz de identificar cualidades espaciales del sonido, lo que nos permite percibir la localización de la fuente, la ubicación del oyente y las características del ámbito en el que se produce el sonido. No escuchamos igual un sonido cercano o lejano, ni si proviene de la izquierda o la derecha. También varía la percepción de un sonido dependiendo de si se encuentra en un espacio grande, pequeño, reverberante (como una catedral) o seco (como un armario lleno de ropa). Este aspecto, crucial en la mezcla, será abordado más adelante.
Al escuchar un sonido, somos capaces de interpretar rápidamente información sobre las condiciones del espacio en las que se produce. Podemos identificar si el sonido proviene de un entorno como una catedral, un armario o al aire libre, y determinar la ubicación de la fuente y del oyente (por ejemplo, si el sonido proviene de la derecha, de la izquierda, de adelante o de atrás, y si hay alguna pared cerca).
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